LA FLOR DE DIENTE DE LEÓN
(Mirtha Luz Pérez Robledo)
De El Viento del Boulevard. Editorial Ultramarina. Madrid, España
Por las aceras furtivamente
las flores de diente de león se atreven a asomarse al mundo
Con sus bracitos verdes de hojas dentadas se abren paso hacia la luz
Hacen a un lado las cajas destripadas de leche
las envolturas de chicle las figuritas incompletas de chocolate
una que otra cáscara de plátano y las botellas verdes de refresco
Nadie las mira
Algunos pasos apresurados ponen sobre ellas todo el peso de la indiferencia entonces cambian de dirección
Semi-mutiladas todavía les queda un brillante aliento amarillo donde la luz
se atreve a reflejarse parecen ser un reservorio de constancia de insistencia
De vez en vez el agua sucia de alguna casa corre por la calle y las flores de diente de león florecen
Tal vez la indiferencia de que son objeto permite al pasar del tiempo
que el diminuto sol entre la hierba se vuelva un globo de luz
entonces ocurre el milagro
Una madre lo desprende de su tallo y se lo entrega a su hijo con gesto amoroso
el niño sopla y con ayuda del viento mil estrellas diminutas se dispersan
cada semilla busca algún lugar para quedarse
a la orilla de las aceras
si tiene suerte y llueve
si el agua sucia de las casas corre por la calle
la planta del diente de león florecerá
Y al paso de los días volverá a ocurrir otro milagro.