Vicente Ortigoza: un orgullo tepiqueño en el olvido
César Pérez
Quizá en el calendario cívico no aparezca su nombre, ni en su ciudad natal exista una colonia o calle que lo recuerde, pero en prestigiadas páginas y revistas de ciencias sí aparece, se trata de Vicente Ortigosa que nació en Tepic un 5 de abril de 1817.
Un científico que tuvo grandes logros a lo largo de sus 59 años que vivió y que bien se le podría comparar con Luis Ernesto miramontes, inventor de la píldora anticonceptiva, quién si tiene el reconocimiento de la sociedad.
La reconocida revista Ciencia UNAM le hace un reconociendo a su trabajo y trayectoria, sus aportes en diversos rubros, esto es parte de ese reconocimiento: “José Vicente Ortigoza de los Ríos fue un importante científico de la vida pública mexicana y orgullo de los tepiqueños por ser el primer mexicano especializado en química orgánica.
Ortigoza nació el 5 de abril de 1817 en la ciudad de Tepic, capital del estado de Nayarit, en la región costera ubicada al occidente del país sobre el océano Pacífico.
Su área de especialización fue el estudio del alcaloide del tabaco: la nicotina. El trabajo de Ortigoza incluye el aislamiento de este compuesto y el análisis detallado del mismo. Se le considera promotor del progreso industrial, social y educativo en Jalisco, gracias a la trascendencia de su obra.
Desde su ciudad natal y con el apoyo y anuencia de la familia, el joven José Vicente Ortigoza se muda hasta Guadalajara (capital del estado de Jalisco) con la finalidad de avanzar en sus estudios y profundizar sus conocimientos en el ámbito académico. Una vez en la ciudad logra inscribirse en el prestigioso Instituto de Ciencias de Jalisco.
Desde el año 1840 Ortigoza recorre territorio europeo para estudiar el tema que lo apasionaba: la química orgánica. En la Universidad de Giessen, Alemania, se convierte en el primer mexicano especializado en química orgánica en el mundo entero, cuando aún esta ciencia era incipiente.
Estando todavía en esa casa de estudios y antes de decidir cuál sería el tema para la investigación de su tesis, recibe las enseñanzas del profesor Justus Von Liebig. Con él inició sus experimentos básicos sobre la nicotina, tema con el cual se daría a conocer a nivel mundial.
Es este profesor quien dirige gran parte de los estudios de Ortigoza y quien le sirve de tutor para su investigación final universitaria. La misma tenía como tema central el aislamiento y análisis del alcaloide del tabaco, es decir, la nicotina.
El primer trabajo importante que hace, aun cuando está en proceso de formación, sería el trabajo más importante de su vida. Dicha investigación fue la que lo merecedor de los méritos en la historia de la química que aún hoy se le reconocen.
Las aportaciones de Ortigoza a la química hicieron que su nombre fuera imborrable e incluso que se haya eternizado, ya que algunas destacadas instituciones, tanto dentro como fuera de México, han sido bautizadas con su nombre.
Los alcaloides, tema central de Ortigoza
En palabras sencillas podemos definir a los alcaloides como los primeros principios activos que se aíslan de su fuente natural. Y este era el tema central de la investigación de Vicente Ortigoza en el tabaco.
Ortigoza logró el objetivo de la investigación, y luego de aislar y analizar la nicotina en el tabaco, le dio la fórmula bruta de C10H16N2.
A partir de sus estudios, Ortigoza le dio al mundo el regalo del conocimiento para mejorar la calidad de vida de las personas. Luego de profundos estudios químicos sobre la nicotina, Ortigoza llegó a determinar que los efectos adictivos que esta tiene en el ser humano influyen principalmente el sistema mesolímbico.
También llegó a la conclusión de que la nicotina es una droga muy adictiva para el ser humano, llegando incluso a ser mortal. Lo que tal vez Ortigoza no sabía es que la industria del tabaco iba a ganar tanto poder en el mundo y que, en general, se desestimaría la importante información descubierta por él.
Además de su importante paso por Alemania, Ortigoza realizó estudios en la Escuela Politécnica de París, donde se especializa como ingeniero civil. Estos conocimientos los lleva de vuelta a su tierra natal para ponerlos en práctica.
A su regreso a México, Ortigoza compra algunos implementos y se dedica de lleno a aportar sus conocimientos de manera cercana a la industria agrícola y textil. Para ello adquiere el molino de harina El Salvador y compra acciones en las empresas textiles La Experiencia y Atemajac.
Además, Ortigoza creó de la Escuela Práctica de Agricultura y dio un impulso a la Sociedad Filantrópica de Jalisco y la Compañía de Artesanos de Guadalajara.
Por si fuera poco, este polifacético personaje aportó sus conocimientos también en el ámbito de la política mexicana como legislador en la década de los 40, y con sus conocimientos administrativos durante la década de los 60 y 70.
Ortigoza formó parte de un grupo de mexicanos que salieron de su país para obtener un conocimiento que, por diferentes circunstancias, no podían obtener en su tierra natal, y una vez conseguidos, los ofrecieron en su país a favor de sus sociedades.
Vicente Ortigoza murió a los 59 años de edad en la ciudad de Guadalajara el día 3 de enero de 1877. Dejó un gran aporte para la química y se convirtió en uno de los mayores orgullos de Guadalajara y Tepic”.