Judith Chávez
Tal vez no sea la propuesta más popular, sin embargo, es necesario que te tomes un momento para realizar tu balance financiero personal, de esta manera podrás conocer el grado de bienestar financiero que estas alcanzando con tus decisiones económicas. De lo que se trata, es que identifiques aquellos bienes con los que estas generando nuevos ingresos (activos) y las posesiones que te están generando nuevos gastos (pasivos).
¡Pero no te espantes! El balance financiero es muy personal, varía de un individuo a otro, sin embargo, existe una correlación de acuerdo a la etapa de vida en la que nos encontremos, casi todos las vivimos más o menos igual así que, antes de que te gane el remordimiento y la culpa, ubica la etapa que estás viviendo económicamente hablando (nota por favor, el tiempo de duración estimada de cada etapa).
De 0 a 25 años: Hijo de familia (manutención familiar)
Aquí es la etapa de la tierra fértil para la preparación de nuestra vida financiera, pues aquí adquirimos los hábitos de uso de nuestro dinero que nos inculcaron nuestros padres ¡voluntaria o involuntariamente!
Por supuesto que en esta etapa los ingresos son inestables o esporádicos. Básicamente provienen del apoyo de los padres, de los abuelos o, si eres acreedor de una beca, pues ahí tienes cierto ingreso más o menos estable.
Por supuesto que en esta etapa nuestro patrimonio es nulo, desgraciadamente la acumulación de ahorro es poco frecuente y los pasivos suelen ser un problema, sobre todo, sí comenzaste a utilizar la tarjeta de crédito como medio de pago y no eres totalero.
De 25 a 45 años: Formación de tu propia familia.
Los ingresos son más constantes, obtenidos del resultado de tu trabajo o profesión, aunque en un principio pueden ser bajos, van incrementando conforme te vas profesionalizando y construyendo tu propia familia.
Si hacemos el balance en esta etapa, tal vez encontremos un alto nivel de deuda, comenzamos con la formación de nuestro patrimonio a través de la deuda (casa, coche familiar) y, además, nuestros ingresos están destinados al sustento de nuestros hijos.
De 45 a 65 años: Estabilidad económica.
La última etapa de la vida productiva, aquí, en teoría, alcanzaste un tope en tu remuneración o ingreso laboral (se supone que te has vuelto un experto en tu profesión y deberías cobrar como tal).
Tus ingresos deben tener mayor estabilidad y una acumulación positiva de tu patrimonio. En algunas circunstancias esta etapa se convierte en una de más ingreso económico, en términos generales, se produce una disminución del endeudamiento, pues ya estas liquidando las deudas generadas en la etapa anterior.
A partir de los 65: Viviendo de tus rentas y de los ahorros.
Esta última etapa corresponde al final de tu ciclo productivo. Tus ingresos son el resultado de tu trabajo, del patrimonio positivo, el cual construiste a lo largo de tu vida, el resultado de tus decisiones de ahorro y de inversión.
Si logras verte en esta etapa, disfrutando de una vejez en tranquilidad y con solvencia financiera, será necesario que, desde ahora, comiences a realizar los ajustes en la administración de tu dinero.
Finalmente, revisar nuestro avance financiero, es un ejercicio útil para evaluar el avance del cumplimiento de nuestras metas financieras, las cuales están alineadas a nuestro proyecto de vida personal que, en casi todos los casos, pretenden encontrar la tranquilidad que nos produce el no tener problemas de dinero, en cualquier etapa de nuestra vida.! ¡Ese es el chiste!