Por Dennis A. García
Nos encontramos a unos días de la elección histórica que marcará a México con un Poder Judicial renovado, con integrantes (ministros, magistrados y jueces) elegidos por el voto ciudadano.
Como todo inicio, será un primer ejercicio complejo por tantas boletas que habrá que llenar y que puede causar confusión, pero es parte de la reforma al Poder Judicial que por décadas fue intocable.
Para el caso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se habrán de elegir a cinco mujeres y cuatro hombres, y la persona más votada presidirá el Máximo Tribunal.
He tenido la fortuna de conocer más de fondo, tanto en su trabajo como en su persona, a una de las aspirantes que en estos momentos es ministra y tiene amplias posibilidades de presidir la SCJN.

Foto: Dennis García
Se trata de Loretta Ortiz Ahfl, una apasionada de su trabajo al que ha dedicado décadas, tanto en lo académico con en el sector público, con un enfoque de compromiso social.
Dice lo que piensa, así sin tapujos. En entrevistas o cuando la abordan los reporteros siempre deja en claro que a ella no le interesa el dinero, y cuando dice eso es porque es verdad, no es su ambición, y lo he podido constatar en su vida sin lujos, sin ni vanidades, y con una modesta casa.
A lo largo de su trayectoria, Ortiz Ahlf entabló una gran amistad con Andrés Manuel López Obrador y sus hijos, la conocen muy bien y ellos saben perfectamente la capacidad que tiene la ministra como especialista en el derecho; por algo fue propuesta por López Obrador como ministra.
Son amigos, no se niegan porque construyeron esa amistad desde la lealtad; pero ella, cuando se pone la toga, sabe dividir el quehacer jurídico con perspectiva humanista e imparcialidad. Y prueba de ello es que renunció al movimiento de la Cuarta Transformación desde que fue nombrada ministra.
Cada entidad federativa que recorre es bien recibida –lo he visto– por los distintos sectores de la población: comerciantes, estudiantes, trabajadores, empresarios, mujeres amas de casa, profesionistas…
Ese apoyo del pueblo que recibe Loretta y la buena percepción que hay de su trayectoria ha incomodado a muchos, lo que llevó a crear una campaña sucia en su contra porque se sintieron rebasados.
A los pocos días del arranque de campaña, Loretta Ortiz encabezaba las preferencias y la tendencia a su favor la separaba de manera considerable de otras personas candidatas. La maquinaria que echaron andar para desprestigiarla no les funcionó, por el contrario, recibió más apoyo en cada lugar en el que se presentaba por una sencilla razón: es intachable.
En lo que va de campaña he visto su compromiso con la legalidad, la justicia y la honestidad, es mujer de una sola pieza y no hay nada que la detenga, su trayectoria la avala.
Nos encontramos en la última etapa de campaña y habrá de todo para intentar desprestigiar. Ataques, críticas y mentiras por parte de los que se niegan al cambio en el Poder Judicial.
No tengo duda, Loretta Ortiz será una de las contendientes más votadas, y en una de esas, los ciudadanos la hacen la primera presidenta en esta nueva era de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.