Dennis A. García
Servirse del poder político, es el distintivo de la generación del “Nuevo PRI” que encabezó Enrique Peña Nieto rodeado en aquella “foto maldita” de los nuevos cuadros para darle un rostro rejuvenecido al partido.
En la narrativa de esa foto querían dejar atrás el legado de excesos, corrupción e impunidad, pero no fue así, pues en esa foto hay varios políticos que fueron gobernadores y que después enfrentaron procesos penales por distintos delitos.
Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo; César Duarte, de Chihuahua; Javier Duarte, de Veracruz; Roberto Sandoval Castañeda, de Nayarit, por mencionar algunos de la “foto maldita”.
Y ahora, recientemente, el exgobernador de Campeche y líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas quien está envuelto en una serie de manejes que lo ponen en la mira de las autoridades federales y estatales.
Hoy, justo, la Fiscalía General del Estado de Campeche, cateó una de las propiedades de “Alito” Moreno. Quien encabezó el operativo fue el propio fiscal Renato Sales Heredia.
Después de los audios en los que el líder del PRI, Alejandro Moreno nos muestra su verdadera cara (manejo de millones de pesos en efectivo y lanzarse contra periodistas), no hay que descartar que próximamente giren orden de aprehensión.
Y es que si algo tiene el titular de la Fiscalía de Campeche, a quien conozco de años atrás, es que no daría un paso sin antes tener bien armadas sus indagatorias.
Llegar al poder ha significado hacer de las finanzas públicas la caja chica de gobernadores para uso personal a través de una red en la que se entregan contratos a empresas ligadas a familiares o amigos, por mencionar algunos actos de corrupción.
Lo de Alito no es nuevo, así operan. Veo similitud –de la forma de operar desde el poder entre- entre los priistas Alejandro Moreno Cárdenas, de Campeche, y Roberto Sandoval Castañeda, de Nayarit.
Entre 2012 y 2015, Alejandro Moreno adquirió 15 bienes inmuebles en Campeche, todos fueron pagos de contado. El más significativo en un terreno de 39 mil 250 metros cuadrados que lo adquirió en 2014 por un pago total de 155 mil pesos. Es decir, Alito pagó 3.94 pesos por metro cuadrado en un terreno que ahora vale millones de pesos.
Lo mismo sucedió con Roberto Sandoval, otro priista que le gustaba la vida de lujo y se armó de ranchos, uno de ellos con lago artificial, entre otras propiedades. De igual forma utilizó una red para hacer sus movimientos. Pero Sandoval Castañeda fue más allá, pues se le relaciona con los cárteles de la droga de quienes, según las investigaciones, pudo haber sido beneficiado con dinero por permitirles operar.
Por años se han servido del poder y acumulan fortunas que no coinciden con lo que perciben como funcionarios. Han visto en el servicio público una forma de vida holgada sin importarles en realidad la ciudadanía.
Alito Moreno tiene sus días contados al frente del PRI nacional. Al interior del partido hay un grupo que pide su renuncia como dirigente del tricolor, uno de ellos es el senador Miguel Ángel Osorio Chong.
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