Karina Cancino
Tepic.- Con una antigüedad de 165 años, la tumba del príncipe imperial Salvador María de Iturbide y Huarte -hijo del primer emperador de México e independentista, Agustín de Iturbide; fue por primera vez intervenida para su rescate y preservación cultural en el Panteón Hidalgo, el más antiguo de la ciudad.
La doctora en ciencias y arquitecta, especialista en restauración, Lourdes Vázquez Magaña dio conocer que su despacho y la asociación civil Adopta una Obra de Arte, llevaron a cabo la recuperación de este monumento que lleva un centenario de años abandonado.
La historia refiere que Salvador María de Iturbide y Huarte falleció el 07 de junio de 1856, un día después de su llegada a Tepic porque ese año había sido nombrado administrador de la Aduana Marítima de San Blas; el príncipe imperial habría ido a bañarse a los baños Corona, del río Mololoa y resultó ahogado, según documentos oficiales.
El libro de Entierros, en el Acta 22 del entonces Camposanto, precisa que fue enterrado el 9 de junio de 1856, víctima de un ataque de apoplejía; pero pero está aseveración ha sido cuestionada por historiadores y cronistas locales, como Enrique de Aguinaga quien presume que por esas fechas el tratamiento de la apoplejía eran dosis de amoníaco, y que no fue encontrado este químico en sus restos; además de que no existen referencias históricas de que el nombre hubiese tenido tal padecimiento.
Se cree que el cuerpo de Salvador María y turbide permaneció en Tepic por la dificultad de trasladar y embalsamar restos mortales, y que con la desvinculación familiar con el territorio, no hubo quién mantuviese la cripta atendida.
Pero la asociación Adopta una Obra de Arte, desde hacia tiempo buscaba restaurar este sitio de importancia histórica, pero fue apenas este 2021 que pudo concretar su intención.
La arquitecta Lourdes Vázquez Magaña explicó que para trabajar en este sitio, se llevó a cabo una investigación para determinar los colores y motivos o detalles de la arquitectura que tenía este monumento en el tiempo de su construcción para preservarlos de igual manera, y recordó qué se utilizaban insectos como la cochinilla, semillas y plantas.
“Encontramos el piso original de la tumba, son pisos manufacturados en medios pliegos de barro que tuvimos que rescatar y reintegrar en un 30% aproximadamente, y el resto fue lavado y tratado para que continúe su vida útil; la fosa y la caja estaban hechas con barro cocido y trabajamos con ello. Los aplanados que hicimos son morteros con base a la cal pura, y pigmentaciones en base polvos minerales o arcillas pero la cromática y la fisonomía es la que tenía al momento que se hizo la tumba”, explicó.
La inauguración de la obra que contendrá un enrejado para evitar qué la tumba sea vandalizada, se llevará a cabo el día 6 de noviembre y habrá una placa explicando detalles históricos y arquitectónicos, precisó la restauradora.